Una de las inquietudes más comunes que me plantean los alumnos es que tienen la sensación de que se repiten demasiado.
Es una sensación común entre los profesores amaters la de creer que estas repitiendo demasiado tus clases. Sobre todo porque al inicio de tus clases tienes una cantidad limitada de recursos y a no ser que hayas practicado de manera personal durante mucho años tu conocimiento sobre variantes y posibilidades aún es pequeño.
Aún así, creo que puedo ayudarte a disminuir un poco esa sensación , sigue leyendo.
¿Tienes la sensación de que te repites en clase de yoga?
1. Es una sensación tuya.
Cuando yo comencé a dirigir clases completas de yoga la sensación de repetirme me acompañó durante algunos años (sí, años….), tenía menos experiencia, mi capacidad estaba más limitada y mis áreas de dominio eran más reducidas.
Sin embargo, con el tiempo comprendí que la repetición de clases es más una sensación tuya que una experiencia real por parte de tus alumnos por dos motivos:
El primero es que tu te dedicas a enseñar, con lo cual supongo que pasas gran parte de tus horas de trabajo preparando, diseñando y mejorando tus secuencias y sobre todo, dando varias clases semanales.
Además, imagino que estás leyendo unos cuantos libros de yoga, mantienes tu práctica personal y de vez en cuando acudes a algún taller.
Es decir, tu vas a tope de yoga y tienes la sensación de que estás en ello todo el día.
Tus alumnos tienen otra perspectiva. Ellos llevan su vida normal y acuden a una clase de hora y media dos veces por semana y aunque tengan una práctica más intensa te aseguro que no tienen la misma sensación que tu.
El segundo motivo tiene más que ver con tu propia valoración como profesor, con tu seguridad.
La sensación de que estas repitiendo clases esconde el miedo de “mis alumnos se aburren, no van a volver”. Desde ya te digo que dejes de preocuparte por esto porque no gustarás a todo el mundo…y en realidad eso está muy bien y es deseable.
Cada uno de nosotros enseña desde su experiencia, práctica y perspectiva. Es decir tenemos maneras diferentes de enseñar, de esta manera, llegarán los alumnos que resuenen contigo, a los que les guste esa manera de recibir clases. Y a los que no les guste o necesiten otra cosa seguirán buscando, no hay problema, no te lo tomes como algo personal.
En realidad tu no quieres tener alumnos a los que no les gusten tus clases…¿o sí?
2. Eres profesor de yoga
Coloca esa sensación de “repetir clases” o el miedo a que se aburran el lugar adecuado, no le des más importancia de la que realmente tiene.
Las personas acuden voluntariamente a clases por muchos y variados motivos. Generalmente porque obtienen una recompensa a nivel físico, emocional, mental o espiritual.
El que se aburra en clase sencillamente necesita otra cosa, y cuando yo llegué a esta conclusión me quité un gran peso de encima:
Tú estás enseñando la práctica de yoga a tus alumnos, no estás ahí para entretenerlos.
3. Tus alumnos lo necesitan.
Por último, tus alumnos realmente necesitan repetir movimientos y asanas para poner a punto su sistema ósteo-muscular y mejorar su condición física y su disposición mental, si no ¡fíjate en los practicantes de Ashtanga Yoga! Ellos repiten 6 días a la semana la misma secuencia y hasta que no la dominan no “avanzan” a la siguiente.
La experiencia el yoga se basa en acciones y movimientos que despiertan de manera inteligente la sensibilidad y el potencial humano. Eso incluye patrones de movimiento continuos y secuencias repetitivas que dirijan este despertar y den espacio a la respiración y la claridad mental.
Como profesor sabes que no trabajamos solo en el plano físico, sino que una secuencia de yoga influye en todas las capas del Ser.
La excelencia se consigue con la práctica y la repetición.
Además, tus alumnos no están siempre en el mismo punto, cada día llegan a clase con unas experiencias, disponibilidad, sensaciones y respiración distintos. Aunque dieras exactamente la misma clase paso por paso (que supongo que no es el caso, que no das una sola secuencia al año) tus alumnos la recibirían de manera distinta.
Así que relájate, sigue trabajando y si quieres perfeccionar tu diseño de clases y eliminar del todo esa sensación échale un vistazo al Programa de Diseño y Planificación de tus cursos de yoga y así tendrás un método probado para construir paso a paso tus cursos de yoga.
Y ahora, cuéntame, ¿Tienes la sensación de que te repites en clase? ¿cómo gestionas esa sensación? Como siempre, si te ha resultado útil este post te agradezco que lo compartas por las redes.
Genial el artículo!
Un gran temor el de repetirse como una cacatúa. Aun estoy en ello! Pero todo tiene solución toca estudiar y seguir practicando!
Exacto Nomastes! la idea es que todos pasamos por ahí y todos lo superamos con estudio y ganas 😉
Woo muchas gracias por estas palabras, la verdad es algo que me cuestiono a diario, pero ya veo otra perspectiva, muchas gracias y saludos desde Venezuela
Me alegro Marlon, un abrazo.
En efecto tenía esa sensación, como aquí indican al dar constantemente clases ese es el efecto. Una forma de asegurarte es definir el objetivo de cada clase. En este sentido la plantilla para diseñar las clases es perfecta y de gran utilidad
Gracias Janeth, un abrazo.
“Tú estás enseñando la práctica de yoga a tus alumnos, no estás ahí para entretenerlos.”
Me encanta! A lo que añado una frase de Maite Criado, que me encantó (y me relajó): “si un alumno >avanzado< se aburre en una práctica básica, no es un alumno avanzado”.
Siempre hay práctica en Asana… de hecho, yo doy yoga terapéutico y siento que a un nivel -20 puedo explorar…. y como bien dices, los profes vamos “a tope de yoga”, los alumnos no.
Millones de gracias por tu trabajo. Aloha, Namasté
Hola Dara,
muchas gracias por tu comentario. A veces perdemos de vista el hecho de que el yoga, aunque guste mucho a los alumnos, no es un entretenimiento. ¡es todo un trabajo! muy acertado ese apunte de Maite, recuerdo habérselo oído también 😉
um abrazo!
Muy útil este post para despejar dudas y miedos, muchas gracias!. En mi caso también existe ese pensamiento limitante pero también percibo las sensaciones de los alumnos al terminar la práctica de ásana y me quedo más tranquila, jeje. Como dijo uno de mis maestros «una cosa es ser profesor de ásana y otra muy diferente es ser profesor de Yoga»… Al final me quedo con la satisfacción de que se despiertan «cositas» en todos los alumnos y que poco a poco van haciéndose conscientes de ello. Namasté
Namaste Estela, muchas gracias por tu comentario. Percibir conscientemente la sensación es el primer paso para «negociar» con ella y seguir adelante 😉 un abrazo!
Me ha encantado el artículo. Soy profe desde el año pasado y me he sentido totalmente identificada con lo que escribes. Me alegra saber que es normal mi sensación y me alegra saber también, que el alumno que se aburre es porque necesita otra cosa, al principio me agobiaba un poco no llegar a todos mis alumnos, pero luego me fui relajando, porque los que se quedaron me demuestran cada día que están encantados con sus avances.Gracias
Hola Lali, me alegro de que te sientas más cómoda y segura con este tipo de sensaciones. Son muy normales en los primeros años y verás como poco a poco se van diluyendo. Un abrazo!
Hola justo y necesario, el articulo me encanto ya que hace unos meses me sentía así. cada 4 clases hacia un cambio.
gracias por transmitir tu pasión y amor por el YOGA.
Gracias a ti, un abrazo grande!
¡Que alivio saber que no soy la única con esa sensación! muchas gracias por tus artículos, te sigo y compartes contenidos muy interesantes
Gracias Inma! me alegro de que te haya quitado un peso de encima! 😉