Ser profesor de yoga, sobre todo en los inicios, es algo solitario. Acabas tu formación y aunque preparas minuciosamente tus clases inevitablemente forjamos nuestra profesionalidad en el terreno de juego. Eso supone aprender sobre la marcha a base de prueba y error, pero hoy tienes al IDY para acortar procesos: atento al post y evita estas 3 situaciones en tus clases de yoga.
Estos aprendizajes son de esos pequeños detalles que parecen obvios pero que muchas veces pasamos por alto y que van marcando la diferencia hacia una enseñanza depurada y profesional.
No son errores, si detectas alguno de ellos no es que seas mal profesor. Sencillamente las primeras clases abren muchos focos de atención desconocidos que debes aprender a manejar: distribución, ambiente, sonido, alumnos, alineación, respiración, tiempo, secuencia, imprevistos, etc.
En nuestro camino vamos a ir refinando uno a uno todos esos detalles pero al principio, debido a los nervios o a nuestra capacidad de atención bajo presión, tomamos recursos automáticos que en realidad se centran en un único aspecto: la calidad de conexión con tus alumnos.
Evita estas 3 situaciones en tus clases de yoga
Estas situaciones las he vivido personalmente como alumna. No son graves, de hecho, son fácilmente detectables y puedes superarlas en apenas unos días.
Dar la espalda a tus alumnos.
Como te decía, es una cuestión de posición, voz y conexión con los alumnos.
Es normal que en determinados momentos tu posición de la espalda a los alumnos, como cuando realizas alguna indicación o ajuste manual a alguno de ellos.
Te hago esta observación para otro tipo de situaciones. Por ejemplo, cuando vas caminando por la sala en dirección opuesta a tus alumnos (de espaldas) mientras vas dando instrucciones.
Hay ocasiones en que estos paseos bien intencionados y naturales rompen la dirección de la voz y a tus alumnos se les hace muy difícil escuchar con nitidez lo que estás indicando. Eso les hace esforzarse en escucharte en vez de sentir su cuerpo.
Encuentra la manera de moverte entre ellos modulando tu voz y controlando esos momentos para reducir tus instrucciones, incluir instantes de silencio o elevar la voz para que llegue la explicación con claridad. Tus alumnos lo agradecerán.
Mirarte a ti mismo en el espejo (continuamente)
Los espejos son fuente de opiniones entres los profesores y los alumnos, ¿verdad? hay quien los ama y hay quien los rechaza.
Personalmente no me disgustan, me da igual si hay espejos o no en la sala. No obstante, entiendo que el «riesgo» del espejo es tus alumnos pongan su atención fuera y que basen su postura en lo que ven con los ojos y no en lo que sienten con su cuerpo.
Pero hoy no te hablo sobre tus alumnos sino de tu faceta como profesor para recomendarte que evites mirarte a ti mismo en el espejo mientras das explicaciones.
Una vez estuve en clase con un profesor que detuvo varias veces la práctica para explicarnos ajustes y detalles de las posturas. Magnífico, adoro que me expliquen sobre la marcha y me expliquen el por qué de las cosas. El caso es que todos le mirábamos a él, porque había detenido la práctica y nos había solicitado atención, pero mientras nos daba las explicaciones, hablaba y gestualizaba él se miraba a sí mismo en el espejo continuamente. La desconexión fue absoluta.
Uno de los valores más grandes de las clases de yoga es el vínculo con los alumnos.
Y ese vínculo hay que cuidarlo, cada día, no sólo en las propias clases sino en la relación general que tienes con ellos.
La comunicación visual en clase es fundamental, la presencia a través de la mirada es uno de los pilares de ese vinculo.
Estar demasiado pendiente del móvil
El móvil es un elemento cotidiano en clase. Tanto para alumnos como para profesores.
La mayor distracción viene de dos puntos: mirar el reloj y hacer fotos.
Cómo siempre te digo el problema es cuando se convierte en hábito constante y desatiendes tu prioridad que son tus alumnos y su práctica.
Te voy a dar varias opciones:
No hagas fotos en todas tus clases. Que sea algo puntual y sobre todo que no intervenga en la práctica de los alumnos.
Pon un reloj de pared o de mesita. Personalmente prefiero que los alumnos no tengan a la vista ni móviles ni relojes porque se desconectan rápidamente para controlar el tiempo que queda de clase. Es un hábito automático, si llevo reloj encima o hay uno a la vista lo miro. Así que yo prefiero no poner relojes a la vista y opto por la tercera opción:
Descarga una aplicación para el móvil que te permita poner el modo avión y te abra una pantalla con reloj digital con el móvil bloqueado. Listo. Cuando necesito comprobar el tiempo ni siquiera tengo que desbloquear el móvil. Lo dejo a la vista (para mi), le doy una rápida ojeada y nadie se entera. Esta es la app que yo uso (iphone)
Como alumno o profesor puede que hayas experimentando estas 3 situaciones en clase de yoga. Yo he vivido unas cuantas y por ello entiendo exactamente cómo te sientes.
Si eres un profesor de yoga amateur o acabas de empezar con tus clases hay mucho que puedes hacer para recorrer esa franja de experimentación lo antes posible. Te recomiendo visitar mi training intensivo: Supera el miedo a dar tus primeras clases de yoga.
En este training dispones de tres módulos con vídeo y hojas de trabajo: 1. Reprograma tu confianza 2. Construye tu hoja de ruta y 3. Domina la puesta en escena. Toda mi experiencia concentrada para ayudarte en ése tramo de tu recorrido como profesor.
Supera el miedo a dar tus primeras clases de yoga
¿Cómo has vivido estas 3 situaciones en tus clases de yoga? ¿Te resultan familiares? Espero leerte en los comentarios y si te resulta útil esta información te agradezco que lo compartas con tus colegas.
Seguimos!
fenomenal lo que nos aconsejas. te sigo. me encanto.
gracias por compartir las experiencias vividas. gracias por la app. lo tengo en cuenta.
me paso y estaba con ese tema del punto 3
gracias.
Hola Fabiana, me alegro de que te resulte útil 🙂
Gracias por los consejos.
No se me habia dado cuenta el tema de dar la espalda… voy a mejorar en ese aspecto.